¿Algunos fármacos para el Parkinson podrían proteger frente al COVID-19? | Fundación Degén
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¿Algunos fármacos para el Parkinson podrían proteger frente al COVID-19?

 

• Actualmente se utilizan fármacos para tratar el virus como la hidroxicloroquina, que interacciona con muchos otros fármacos y tiene potenciales efectos secundarios.

• Derivados del adamantano bloquean la actividad del receptor NMDA del glutamato y son efectivos para disminuir el exceso de actividad neuronal que puede conducir a excitotoxicidad y ocasionar síntomas neurológicos no deseados.

• Además este grupo de fármacos tiene acción antiviral. Algunos ejemplos son la amantadina, el bananin o la memantina.

• La amantadina y memantina son fármacos utilizados en la práctica clínica diaria en pacientes con enfermedad de Parkinson y discinesias (amantadina) y en pacientes con deterioro cognitivo – demencia (memantina).

• Dos neurólogos de la Clínica Mayo en una carta al editor sugieren investigar su posible papel como tratamientos para prevenir y/o tratar la infección por COVID.

• Esto debe interpretarse con cautela y no alarmar a la población de pacientes con Parkinson, dado que no hay evidencia ninguna real en l momento actual de que los pacientes tengan que recibir estos fármacos si no los están recibiendo ya por el motivo que su neurólogo se los prescribió.

Hasta el momento, desde la Fundación Curemos el Parkinson, en relación con la pandemia del COVID-19 y la enfermedad de Parkinson hemos publicado tres artículos:

• PANDEMIA por COVID-19 y enfermedad de Parkinson (incluye recomendaciones)

• COVID-19 y enfermedad de Parkinson: ¿Qué impacto tendrá la pandemia en los pacientes?

• Opinión de los pacientes con Parkinson y cuidadores sobre el COVID-19: Encuesta a 100 participantes.

En unos días publicaremos un interesante entrevista a la Dra. Kurtis de la Ruber Internacional de Madrid, que nos hablará de todo lo relacionado entre COVID y tratamientos del Parkinson.

Hasta entonces, comentar que se han publicado dos nuevo trabajos en revistas científicas. Una es una carta al editor en la revista Polish Journal of Neurology and Neurosurgery mientras que la otra son recomendaciones para la estimulación cerebral profunda durante la pandemia. En este POST trataremos sobre el primer trabajo. En otro POST hablaremos de las recomendaciones de estimulación cerebral profunda.


¿Algunos fármacos para el Parkinson podrían proteger frente al COVID-19?
Los doctores Philip W. Tipton y Zbigniew K. Wszolek del Departamente de Neurología de la Clínica Mayo (Florida, Estados Unidos) publican una carta al editor en la que hablan de la posibilidad de investigar en fármacos baratos y con menos efectos secundarios que otors que se están utilizando para el virus COVID-19, y que algunos pacientes con Parkinson de hecho reciben por su enfermedad. Son la amantadina y la memantina.

Hablan en general de los derivados del adamantano, que representan una clase de medicamentos que bloquean la actividad del receptor NMDA del glutamato y son efectivos para disminuir el exceso de actividad neuronal que puede conducir a excitotoxicidad y ocasionar síntomas neurológicos no deseados. La amantadina pertenece a esta clase. Es un tratamiento efectivo en pacientes con enfermedad de Parkinson que presentan discinesias. La memantina también es un derivado de adamantano que se usa para intentar disminuir la velocidad de progresión del deterioro cognitivo en pacientes con demencia, incluyendo pacientes con Parkinson y por supuesto, enfermedad de Alzheimer.
 
Algunos derivados de adamantano son eficaces agentes antivirales. De hecho, la amantadina se comercializó inicialmente como un tratamiento contra la gripe (Influenza A). Al bloquear el canal de iones de la proteína de la matriz-2 (M2), la amantadina inhibe la eliminación del recubrimiento viral dentro de los endosomas de la célula huésped. Similar es el bananin, un derivado adamantano que actúa contra el coronavirus del SARS al bloquear la enzima helicasa, que es crítica para la replicación viral del ácido nucleico. La memantina puede inhibir la actividad del canal iónico de la proteína E HCoV-OC43, similar a la acción de la amantadina sobre la proteína M2 o inhibir la helicasa viral como el bananin. Por lo tanto, ambos fármacos, amantadina y memantina, que algunos pacientes con enfermedad de Parkinson reciben, podrían tener una acción contra el virus que facilite su eliminación. Sin embargo, se desconoce si pudieran ser un tratamiento antiviral eficaz del SARS-CoV-2.
 
 
Cada vez hay más datos que respaldan el tratamiento del COVID-19 con agentes no antivirales reutilizados, tales como cloroquina, hidroxicloroquina y azitromicina, que se están utilizando de hecho en la práctica clínica en pacientes con la infección. Uno de los problemas de algunos de estos fármacos son los posibles efectos secundarios e interacciones con otros fármacos, entre ellos posibles efectos secundarios graves (por ejemplo, prolongación del intervalo QT). A esto se añade que a veces pueda haber problemas por conseguir el fármaco. Estos autores sugieren la posibilidad de reutilizar otros medicamentos, más concretamente aquellos con propiedades antivirales conocidas como la amantadina y memantina. Estos medicamentos son baratos, ampliamente utilizados, y tienen conocidos perfiles de efectos secundarios que son relativamente leves en comparación con otros posibles tratamientos para el COVID-19 como la hidroxicloroquina. Su capacidad de cruzar la barrera hemato-encefálica también proporciona acceso directo al SNC, lo cual podría producir una neuroprotección que posiblemente sea importante dado que hasta un 30% de los pacientes con infección por COVID pueden desarrollar síntomas neurológicos.

En base a esto, amantadina y memantina podrían desempeñar un papel en la prevención y/o tratamiento agudo de COVID-19. Un estudio retrospectivo con miles de casos analizados de pacientes con enfermedad de Parkinson comparando los que recibían estos fármacos frente a los que no, podría ser un primer planteamiento para intentar obtener una información relativamente rápida. Si los datos sugieren un posible papel, se podrían plantear ensayos clínicos.

A título personal, destacar que la reutilización de fármacos con otras indicaciones en la enfermedad de Parkinson no es algo nuevo, y hay muchos ensayos en investigación con fármacos utilizados en el día a día para otras patologías para la cual si tienen indicación, como la hipertensión arterial, diabetes o dislipemia, por poner ejemplos, dado que podrían tener un efecto estabilizador de la enfermedad (por demostrar). La gran diferencia es que en este caso y debido al tipo de enfermedad (infecciosa) y situación (pandemia), el conocimiento urge. También a título personal, que no se comenta en la carta, es muy importante el hecho de que hasta que la evidencia lo demuestre (o no), estos fármacos los reciben pacientes de años de evolución y/o con problemas cognitivos, luego a priori, de más riesgo de complicación en caso de desarrollar la infección. Por lo tanto, si hay una función protectora, ellos son los más indicados para necesitarla. Finalmente, destacar que todo lo comentado debe interpretarse con cautela y no alarmar a la población de pacientes con Parkinson, dado que no hay evidencia ninguna real actual de que los pacientes tengan que recibir estos fármacos si no los están recibiendo ya por el motivo que su neurólogo consideró. En conclusión, es preciso investigarlo.


Abril 2020
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA
 


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