Alteración de la función dopaminérgica en pacientes con enfermedad de Parkinson y trastorno de control de impulsos.

 

• El núcleo estriado es muy complejo y se sabe que la parte dorsal está relacionada con el movimiento pero la ventral con aspectos de conducta.

• En pacientes con enfermedad de Parkinson y trastorno de control de impulsos se ha sugerido que existe una sobreestimulación del estriado ventral.

• Estudios con pruebas de medicina nuclear como PET y SPECT lo han analizado.

• Un meta-análisis reciente observa este hallazgo en una población total de 292 pacientes, de ellos, 117 con trastorno de control de impulsos.

• Se observa reducción de la actividad dopaminérgica en el estriado dorsal e incremento en el ventral, con una mayor liberación de dopamina ante estímulos de recompensa.

• Son necesarios estudios para conocer si estos cambios pueden representar biomarcadores de vulnerabilidad premórbida al desarrollo de trastorno de control de impulsos.

Los trastornos de control de impulsos (DCI), como el juego patológico, la hipersexualidad, los atracones de comida y las compras compulsivas, se diagnostican en alrededor del 20% al 30% de los pacientes con enfermedad de Parkinson. En las primeras etapas de la enfermedad de Parkinson, la función del estriado ventral está relativamente más preservada que el estriado dorsal. Por lo tanto, la dosis de tratamiento dopaminérgico requerida para restaurar los niveles dopaminérgicos del estriado dorsal motor puede sobreestimular el estriado ventral relativamente intacto. Este estado hiperdopaminérgico puede promover una actividad anormal en las vías cognitivas y límbicas cortico-estriatales conectadas que median el comportamiento relacionado con la recompensa y como consecuencia generar trastornos como el trastorno de control de impulsos.
 
Se publica un estudio reciente en Frontiers in Neurology cuyo objetivo fue investigar las diferencias en la función dopaminérgica en el cuerpo estriado en pacientes con enfermedad de Parkinson con y sin trastorno de control de impulsos. Se trata de un estudio de revisión en el que se realizaron búsquedas en las bases de datos PubMed, Science Direct, EBSCO e ISI Web of Science (datos válidos hasta el 7 de marzo de 2018) para identificar los estudios publicados realizados con PET o SPECT a pacientes con enfermedad de Parkinson con el fin de comparar entre aquellos con trastorno de control de impulsos frente a sin trastorno de control de impulsos. Se utilizó la diferencia de medias estandarizada y se aplicaron modelos de efectos aleatorios con el fin de poder obtener datos homogéneos. Se realizaron metanálisis separados para: 1) nivel del transportador de dopamina2) la liberación de dopamina3) y la disponibilidad de receptores de dopamina en el putamen, el caudado, el dorso y el estriado ventral.
De un total de 238 estudios seleccionados inicialmente se evaluaron 19 tras un primera revisión, incluyéndose finalmente 9 trabajos para el análisis que cumplían con los criterios de calidad requeridos. La muestra final fue de 292 pacientes, presentado 117 trastorno de control de impulsos. Los pacientes con trastorno de control de impulsos presentaron una reducción significativa de la union del trazador al transportador de dopamina (objetivo 1) en el putamen, caudado, y el cuerpo estriado dorsal, así como una mayor liberación de dopamina (objetivo 2) secundaria a estímulos relacionados con la recompensa (tareas de de juego) en el estriado ventral. La disponibilidad de receptores de dopamina no difirió entre ambos grupos (objetivo 3). La mayor heterogeneidad en los resultados se encontró en los niveles del trastportador de la dopamine en el estriado ventral y para la disponibilidad de receptores de dopamina en el cuerpo estriado ventral y dorsal, putamen y caudado.

En conclusión, los pacientes con enfermedad de Parkinson y trastorno de control de impulsos muestran niveles más bajos de transportador dopaminérgico en el cuerpo estriado dorsal y una mayor liberación de dopamina en el cuerpo estriado ventral cuando participan en tareas de estímulo / juego relacionadas con la recompensa. Este desequilibrio dopaminérgico podría representar un sustrato biológico para el desarrollo de trastorno de control de impulsos en la enfermedad de Parkinson. Se necesitan estudios longitudinales adecuadamente realizados en pacientes sin tratamiento previo para comprender si estos cambios pueden representar biomarcadores de vulnerabilidad premórbida al desarrollo de trastorno de control de impulsos.
 
Diciembre 2019
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA