Asociación entre depresión y trastorno de control de impulsos en la enfermedad de Parkinson.

 

• La depresión y el trastorno de impulsividad – compulsividad son frecuentes en los pacientes con enfermedad de Parkinson.

• Se analizan datos en 613 pacientes del estudio COPPADIS. El 16% presentaban depresión mayor mayor y un 17% un trastorno impulsivo – compulsivo.

• La presencia de un trastorno impulsivo – compulsivo fue en torno al doble en aquellos pacientes con depresión (22%) que en aquellos sin depresión (11%).

• Los trastornos más asociados a depresión fueron el juego patológico, comer compulsivamente y el hobismo.

• Los pacientes con una peor calidad de vida fueron aquellos que tenían al mismo tiempo los dos trastornos, depresión y trastorno impulsivo – compulsivo.

• Este estudio pone de manifiesto la necesidad descartar alteraciones conductuales tipo impulsividad – compulsividad en pacientes con enfermedad de Parkinson y viceversa.

Dos síntomas frecuentes en la enfermedad de Parkinson son la depresión y el trastorno de control de impulsos. La sintomatología depresiva puede estar presente hasta en el 50% de los pacientes con Parkinson, pudiendo ser depresión mayor en el 15 a 20%. Con respecto al trastorno de control de impulsos, puede estar presente hasta en el 15% de los pacientes. Lo que no queda tan claro es si ambos síntomas podrían estar relacionados. En el trastorno de control de impulsos hay una alteración de la motivación que condiciona que el paciente presente impulsividad por llevar a cabo actos sin poder controlar el no hacerlo. Sin embargo, después de ello puede generar arrepentimiento y a veces puede ser muy disruptivo para el paciente o familia ocasionando auténticos dramas familiares (gasto de dinero, etc.). Un estudio reciente observó que la presencia de depresión podría predecir el desarrollo de trastorno de control de impulsos y es algo importante dado que en la práctica hay fármacos como los agonistas dopaminérticos que se pueden prescribir para tratar síntomas motores pero también mejorar el estado de ánimo, y se sabe que estos fármacos aumentan el riesgo de desarrollar un trastorno de control de impulsos.

Se publican nuevos datos del estudio COPPADIS en Journal of Affective Disorders que investigan la relación entre depresión y trastorno de control de impulsos. Un total de 613 pacientes con una edad media de 62 años de diferentes partes de España fueron incluidos en el estudio. El 50% presentaba depresión, siendo el 16% depresión mayor y el 17% depresión menor (resto subclínica). Por otra parte, el 17% presentaba alguna conducta impulsiva – compulsiva, siendo en el 12% un trastorno de control de impulsos (juego patológico, hipersexualidad, compras compulsivas o comer de forma compulsiva) y en el 9% una conducta compulsiva (adicción al tratamiento, hobbies desporporcionados o punding).
 
La depresión fue mas frecuente en los pacientes con alguna conducta impulsiva – compulsiva, estando presente hasta en el 66% (frente al 47% del grupo que no tenía conducta impulsiva). En concreto se observó que de los pacientes con depresión, más del 22% tenían alguna conducta impulsiva – compulsiva frente a algo más del 10% en los que no tenían depresión. Por tipo de trastorno, se observaron diferencias significativas en el juego patológico, comer compulsivamente y el hobbismo, más frecuentes en los pacientes con depresión. Además se observó que a mayor cantidad de trastornos de impulsividad los pacientes presentaban un peor estado de ánimo. Finalmente, se observó que tanto la presencia de depresión como tener trastorno impulsivo – compulsivo de asoció a una peor percepción de calidad de vida, y sobre todo sin ambos trastornos estaban presentes.
 
 
En conclusión, la presencia de conductas impulsivas – compulsivas en general así como el juego patológico, las compras compulsivas o el hobismo son más frecuentes en pacientes con enfermedad de Parkinson y depresión. Es importante descartar la presencia de este tipo de conductas en un pacientes con enfermedad de Parkinson y alteración del estado de ánimo en el que se plantee inicio de tratamiento con un agonista dopaminérgico.
 
Diciembre de 2020
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA