Utilidad de la dieta cetogénica en la enfermedad de Parkinson: situación actual y perspectivas futuras | Fundación Degén
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Utilidad de la dieta cetogénica en la enfermedad de Parkinson: situación actual y perspectivas futuras

  • Las dietas cetogénicas consisten en tratamientos dietéticos controlados que tienen como objetivo conseguir un estado de cetosis nutricional.
  • Para conseguir este estado de cetosis, se reduce de forma muy significativa el aporte de hidratos de carbono (pan, patata, pasta, arroz…) y habitualmente se aumenta el aporte de grasa, de modo que estas se convierten en el principal sustrato energético generándose cuerpos cetónicos.
  • La cetogénesis produce cambios en la secreción de insulina, en la producción de neurotransmisores y mejora el estrés oxidativo y la inflamación.
  • Actualmente, se está estudiando la posible utilidad de las dietas cetogénicas en múltiples patologías: epilepsia, diabetes mellitus, obesidad, cáncer o enfermedades neurodegenerativas.
  • Los efectos neuroprotectores de los cuerpos cetónicos han sido observados en estudios in vitro y en animales. Datos preclínicos han demostrado que una dieta cetogénica puede proteger a las neuronas dopaminérgicas (productoras de dopamina) de neurotoxinas implicadas en la etiopatogenia de la enfermedad de Parkinson. Por este motivo, existe un interés creciente en explorar sus beneficios terapéuticos también en esta enfermedad.
  • Hasta el momento, disponemos de 3 estudios clínicos realizados en humanos en los que se ha evaluado la utilidad de la cetosis nutricional en los pacientes con enfermedad de Parkinson. Los resultados sugieren efectos beneficiosos en síntomas no motores como la frecuencia urinaria, el dolor, el humor y el léxico.
  • Existen resultados alentadores en cuanto a los posibles efectos beneficiosos de una dieta cetogénica en los pacientes con enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. Sin embargo, la evidencia actual es todavía escasa y no concluyente. Se precisan más estudios clínicos que confirmen estos datos preliminares antes de poder recomendar una dieta cetogénica con fines terapéuticos en el momento actual.

 

La dieta cetogénica consiste en un tratamiento dietético en el que se produce una gran restricción del aporte de hidratos de carbono, habitualmente a menos del 30% del consumo calórico total. Además, se aumenta el aporte de grasas, convirtiéndose estas en la principal fuente de energía y generándose cuerpos cetónicos. Esto puede entrañar unos riesgos y efectos secundarios, por lo que ha de realizarse bajo supervisión. Existe un interés creciente en explorar el posible efecto beneficioso de una dieta cetogénica en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica.

Se ha publicado en la revista Neurotherapeutics una revisión de la evidencia disponible sobre los posibles beneficios de la cetosis nutricional en la enfermedad de Parkinson. Se han revisado estudios preclínicos y clínicos realizados hasta el momento y se discuten preguntas que habrá que responder antes de que esta dieta pueda ser recomendada con fines terapéuticos.

Hasta el momento, datos preclínicos han mostrado que una dieta cetogénica puede proteger a las neuronas dopaminérgicas de neurotoxinas implicadas en la etiopatogenia de la enfermedad de Parkinson. En el cerebro, los cuerpos cetónicos parecen presentar efectos neuroprotectores al aumentar la producción de ATP mitocondrial, de glutamato, de GABA y de NADPH (cofactor de la síntesis de dopamina). Además, disminuyen la producción de radicales libres. Todos estos efectos podrían aumentar la síntesis y/o disponibilidad de la dopamina (disminuida en estos pacientes) y enlentecer por tanto la progresión de la enfermedad. Actualmente, se han realizado únicamente 3 pequeños estudios clínicos analizando la posible utilidad de una dieta cetogénica en pacientes con enfermedad de Parkinson. Los resultados han sido favorables principalmente en síntomas no motores, observándose una mejoría de la frecuencia miccional, del dolor, humor, léxico y funciones ejecutivas. Aunque son datos prometedores, por el momento la evidencia continúa siendo escasa e insuficiente para poder hacer recomendaciones. Dado su potencial fisiopatológico, es previsible que en los próximos años dispongamos de más estudios que nos permitan evaluar si este posible beneficio clínico se confirma, para qué síntomas, en cuánto y durante cuánto tiempo, y con qué proporción dietética de grasas e hidratos de carbono.  

En conclusión, existe un interés creciente en valorar los posibles efectos beneficiosos de una dieta cetogénica en distintas enfermedades. En pacientes con enfermedad de Parkinson, existen datos preclínicos que apoyan los efectos neuroprotectores de una dieta cetogénica (es decir, con restricción de hidratos de carbono y aumento del aporte de grasa).  Desde un punto de vista clínico, tres pequeños estudios han sugerido una mejoría de los síntomas no motores de la enfermedad con este tipo de dieta. Aunque los resultados son alentadores, son datos preliminares por lo que todavía se precisan más estudios antes de que la dieta cetogénica pueda ser recomendada con fines terapéuticos.  

 

Alma Prieto Tenreiro

Servicio de Endocrinología, CHUF (Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol), Ferrol



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