Congreso European Academy of Neurology 2019. Parte II. | Fundación Degén
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Congreso European Academy of Neurology 2019. Parte II.

 

• Diferentes estudios demuestran la utilidad de safinamida en pacientes con Parkinson de poco tiempo de evolución que reciben levodopa pero también podría ocasionar beneficios en monoterapia.

• Asociar safinamida puede permitir ahorrar levodopa y mejorar síntomas no motores.

• Opicapona, en general, es un fármaco bien tolerado que proporciona mejoría en aspectos motores, incluido en pacientes que reciben un IMAO-B como rasagilina, safinamida o un agonista dopaminérgico como pramipexol.

• Hay nuevas formulaciones de levodopa para infusión por vía subcutánea en investigación: ND0612 y ABB-951.

• Venlafaxina parece tener un efecto algo superior a escitalopram en el tratamiento de la depresión en enfermedad de Parkinson.

Dado que hay dos fármacos que han salido al mercado todavía hace poco tiempo, como safinamida y opicapona, están saliendo resultados de estudios, muchos de ellos de práctica clínica diaria interesantes. Con safinamida, destacar un estudio en 15 pacientes en el cual fue utilizada como primer tratamiento en monoterapia (fuera de indicación), en todos los casos con dosis inicial de 50 mg y posteriormente escalado a 100 mg. Observaron que sólo 3 pacientes presentaron eventos adversos y sólo 1 abandonó por mareos y nauseas, mientras que los otros dos remitieron al bajar la dosis de 100 a 50 mg. Después de 6 meses, 12 pacientes recibían dosis de 100 mg y 2 pacientes de 50 mg. Hubo reducción en la puntuación de la escala UPDRS. En el caso de la parte motora (UDRS-III), en 1.6 puntos. Aunque pueda parecer poco, es cierto que presentaban una puntuación de inicio media baja, de 8.3 puntos.

Esta buena tolerabilidad a la safinamida se demostró en dos estudios en el que trataron a pacientes de edad avanzada. En una seria de 52 pacientes tratados con edad comprendida entre 80 y 90 años (edad media 83 años), sólo 7 pacientes presentaron algún evento adverso, considerándose solo un caso grave (empeoramiento de los bloqueos de la marcha). Los más frecuentes fueron alucinaciones y agitación (7.6%), discinesias (5.7%) e inestabilidad de la marcha (3.8%). Los pacientes que más eventos adversos presentaron y por lo tanto de mayor riesgo fueron aquellos con deterioro cognitivo. Otro estudio demostró la utilidad de safinamida en 50 pacientes con EP de poco tiempo de evolución, de entre 2 y 4 años, dado que a lo largo de un seguimiento de hasta 3 años en algunos casos, safinamida permitió no incrementar la dosis de levodopa y conseguir que una gran mayoría de los pacientes se mantuvieran estables y con mejoría en algunos síntomas no motores como el dolor, apatía o ansiedad. Precisamente otro estudio en el que se asoció safinamida a pacientes con EP avanzada que recibían infusión de levodopa enteral permitió recudir la cantidad de levodopa enteral consiguiendo que los pacientes permanecieran estables. Otro estudio observó que al cambiar rasagilina a safinamida hay gran variabilidad en la respuesta y tolerabilidad. De hecho, de 20 pacientes 9 abandonaron safinamida, 8 de ellos por eventos adversos. Los pacientes que identificaron como con más riesgo de desarrollar eventos adversos fueron los más afectados desde el punto de vista motor. Aquellos que toleraron safinamida, con el cambio, mejoraron a nivel motor y en síntomas no motores. Finalmente, otro estudio de gran interés demostró la mejoría de los síntomas urinarios en pacientes tratados con dosis de 100 mg.
 
 
 
Finalmente, referido a opicapona, otro estudio, en este caso con 85 pacientes con una media de evolución de 11 años, casi el 70% mantenía el tratamiento después de 1 año, observando mejoría en fluctuaciones motoras (en torno a un 40%), discinesias (en torno a un 20%), síntomas no motores (en torno a un 15%) y global (en torno al 50%). Analizaron la respuesta en aquellos que también recibían safinamida y observaron que opicapona asocida a safinamida parece efectiva y es bien tolerada.

También se presentaron datos sobre nuevas formulaciones de levodopa para administrar por vía subcutánea. Hay dos, una es ND0612, y la otra ABB-951. De ND0612 un estudio comparó la infusión durante 24 horas frente a 16 horas, observando una mejoría más importante del estado motor al despertar y de la calidad del sueño con el régimen de 24 horas. Se presentaron resultados del estudio BeyoND, preliminares, dado que el ensayo está en marcha. Comparan ambas pautas, 16 frente a 24 horas, con seguimiento a largo plazo durante 1 año. Ya hay 209 pacientes reclutados, con edad en torno a 64 años de media, tiempo de evolución de 9 años de media y unas 5 horas de tiempo OFF, sin demencia. La previsión es que el seguimiento de 12 meses se complete en diciembre de 2019. Otro estudio fase 3 con esta molécula, el estudio BouNDless, está siendo iniciado.

De la otra molécula, ABB-951se presentó un trabajo en voluntarios sanos que analizó la tolerabilidad a su administración durante 10 días en una zona restringida a 5 cms de la zona del ombligo, comparado con placebo. Se incluyeron un total de 34 sujetos, no hubo eventos adversos graves y tampoco diferencias frente a placebo, siendo los más habituales las reacciones locales no relacionadas probablemente con el fármaco como tal: 82.4% eritema, 41.2% reacción cutánea, 32.4% dolor, 26.5% edema. Los datos de un estudio farmacocinético presentado ponen de manifiesto que la infusión subcutánea de ABB-951 permite alcanzar niveles muy estables en plasma de levodopa.

En cuanto a la parte de síntomas no motores, simplemente destacar un ensayo clínico que comparó en 111 pacientes con enfermedad de Parkinson y depresión dos antidepresivos, venlafaxina frente a escitalopram, observando algo de mayor beneficio en el caso de la venlafaxina, en posible relación con su acción dual, no sólo de incremento de la serotonina sino también de la noradrenalina.

Julio 2019
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA
 


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