• Por primera vez dos artículos científicos revisan las posibles consecuencias de la pandemia por COVID-19 en los pacientes con Parkinson y apuntan recomendaciones.
• Algunos factores que podrían influir en la afectación del paciente con COVID-19 y Parkinson son la edad, la mayor comorbilidad y polifarmacia en pacientes con enfermedad de Parkinson o la mayor probabilidad de complicaciones durante un ingreso hospitalario.
• El uso de la telemedicina se antoja como necesaria en el momento actual.
• El confinamiento genera estrés y bajo ánimo, lo cual agrava los síntomas del Parkinson. La falta de ejercicio también.
• Por todo ello es necesario estimular al máximo la actividad en el domicilio física y mental, potenciando la resiliencia como arma para combatir la situación actual.
• Es una realidad que la pandemia de COVID-19 tendrá grandes consecuencias (ya las está teniendo) en nuestra sociedad y nuestra forma de vida, y esto definitivamente incluye a las personas que viven con enfermedad de Parkinson.
¿Qué impacto tendrá la pandemia por COVID-19 en los pacientes con enfermedad de Parkinson?
Es demasiado pronto para saber el impacto que la pandemia por COVID-19 tendrá a largo plazo en los pacientes con enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento. Actualmente no hay pruebas suficientes que demuestren que la enfermedad de Parkinson por sí sola aumenta el riesgo de COVID-19. La experiencia en Lombardia, Emilia y Véneto, las tres regiones más afectadas en Italia, no muestra un riesgo aparentemente mayor, aunque todavía no hay datos definitivos.Sin embargo, la mayor vulnerabilidad a la infección por parte de los los ancianos y las personas con comorbilidades junto con la mayor prevalencia de enfermedad de Parkinson con la edad, llaman a la cautela. Estudios previos han demostrado que los pacientes con enfermedad de Parkinson tienen más comorbilidades, incluyendo cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca y enfermedad cerebrovascular o problemas respiratorios restrictivos, que se sabe aumentan el riesgo de que los pacientes tengan formas más graves de infección por COVID-19. Además, los pacientes con enfermedad de Parkinson poseen un mayor riesgo de complicaciones en el hospital, como delirio, reacciones adversas a medicamentos, síncope, neumonía por aspiración, caídas y fracturas, siendo las estrategias para prevenir estas complicaciones esenciales.
Otro aspecto importante es el estrés de la situación actual, dado que el estrés ha demostrado que en pacientes con enfermedad de Parkinson puede empeorar síntomas como el temblor, los bloqueos de la marcha o las discinesias. Incluso estudios en animales han demostrado el perjuicio del estrés crónico sobre el sistema dopaminérgico, con pérdida neuronal.
Uso de la Telemedicina
Los pacientes con enfermedad de Parkinson necesitan realizar visitas periódicas al hospital o ambulatorio para una evaluación clínica y ajustes de medicamentos por parte de especialistas en trastornos del movimiento. Sin embargo, las visitas al hospital deben evitarse siempre que sea posible durante este período. Afortunadamente, la validez de la telemedicina para evaluar a los pacientes con enfermedad de Parkinson ha sido bien documentada en muchos estudios, lo cual es factible porque la mayoría de los exámenes físicos pueden visualizarse. De hecho, muchas características centrales de la enfermedad, excepto la rigidez y el deterioro del reflejo postural, pueden grabarse en video o verse a través de consultas por video. Como apunte personal del autor de este POST, en caso de no poder hacerse video-llamada y sólo telefónica, una posibilidad es que el paciente o familia envíe un vídeo filmado sobre el estado clínico o algún síntomas a destacar al respecto. En casos necesarios, como pacientes que reciben tratamiento con bomba o estimulación cerebral profunda, los expertos sugieren realizar la consulta presencial minimizando riesgos al máximo.¿Cómo afecta la pandemia a la investigación en Parkinson?
La investigación clínica está claramente muy afectada por la pandemia. Algunas jurisdicciones o instituciones han prohibido el inicio de nuevos ensayos clínicos e investigaciones. Los expertos sugieren que aunque es comprensible debido al impacto potencial de COVID-19 en los recursos hospitalarios y a la preocupación por la posible exposición, deben minimizarse los retrasos en los ensayos clínicos que investigan posibles terapias modificadoras de la enfermedad o las nuevas terapias sintomáticas de alto impacto. Se debería considerar la evaluación de estudios caso por caso en lugar de suspensiones uniformes de la actividad de investigación, lo que puede causar una pérdida significativa de inversión científica y económica en investigación clínica.Recomendaciones sobre COVID y Parkinson de los expertos
• Todas las medidas de distanciamiento social actualmente en vigor para la población general, a nivel mundial, deben practicarse estricta y cuidadosamente.• Los pacientes deben evitar o posponer la hospitalización por razones que no sean de emergencia, ya que, lamentablemente, los hospitales pueden ser una fuente de infección adicional.
• Es posible que también sea necesario posponer las cirugías electivas de estimulación cerebral profunda.
• Las visitas ambulatorias pueden ser sustituidas por las herramientas disponibles de telemedicina y sólo deben realizarse cuando es necesario el contacto directo para ajustar o verificar la programación de estimulación cerebral profunda o el manejo de pacientes con bomba de Duodopa u apomorfina.
• Puede ser necesario el contacto directo con el paciente para la terapia con toxina botulínica aplicada cuidadosamente, según sea necesario, asegurando un equipo de protección personal adecuado.
• La cuarentena puede producir que los pacientes con enfermedad de Parkinson dejen de tener un estilo de vida activo, que ya puede verse impedido por afecciones preexistentes, como falta de motivación, discapacidad física y bajo ánimo. Se pueden fomentar los juegos de ejercicios de realidad virtual o los instrumentos de ejercicios en el hogar.
• En caso de infección por COVID-19, el médico debe garantizar el mantenimiento de los medicamentos previos para la enfermedad de Parkinson, especialmente las dosis adecuadas de levodopa como se recomienda para cualquier tipo de neumonía en pacientes parkinsonianos, con intención de evitar la rigidez con contracturas y la insuficiencia respiratoria.
Conclusiones
En conjunto, está claro que la pandemia de COVID-19 tendrá grandes consecuencias en nuestra sociedad y nuestra forma de vida, y esto definitivamente incluye a las personas que viven con enfermedad de Parkinson. Sin embargo, también hay oportunidades emergentes. Esta crisis requiere la rápida introducción de mejores estrategias de autogestión que pueden ayudar a los pacientes a enfrentarse mejor a los desafíos de distanciamiento social y las otras consecuencias de esta crisis. La implementación de estas intervenciones tendrá que acelerarse durante esta crisis y estamos empezando a ver ejemplos en muchos países, a menudo promovidos por asociaciones de pacientes. Además, esta crisis también ofrece oportunidades para la investigación y la implementación de herramientas que serán el futuro como es la telemedicina.Abril 2020
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA
Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
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