• El ejercicio físico mejora en los pacientes con enfermedad de Parkinson la lentitud de movimientos, el equilibrio, la calidad de vida, la cognición y el estado de ánimo.
• Un reciente estudio demuestra que los pacientes que realizan ejercicio de forma habitual liberan más dopamina al realizar actividad física o ante una motivación determinada que aquellos sedentarios que no practican ninguna actividad.
• Los activos físicamente también presentan mejor estado de ánimo, menos grado de apatía y mayor destreza fina en los movimientos.
• De esta forma el ejercicio podría ayudar a compensar la falta de dopamina a nivel cerebral y explicar por qué el ejercicio puede contribuir a enlentecer el curso de la enfermedad.
• Son necesarios estudios experimentales con un mayor número de pacientes y combinando diferentes tipos de ejercicio y tareas.
Noviembre 2018
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUF (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE FERROL), FERROL, A CORUÑA
Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
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