• El HIFU consiste en aplicar ultrasonidos focalizados en un punto a alta intensidad con un fin de crear una lesión terapeútica.
• Se lleva usando desde hace pocos años en pacientes con temblor esencial y enfermedad de Parkinson.
• Se publican datos de un ensayo llevado a cabo en España en pacientes con enfermedad de Parkinson, siendo 27 tratados y 13 controles (procedimiento placebo).
• Los tratados mejoraron a nivel motor con una diferencia de 8.1 puntos en la reducción de la escala motora (MDS-UPDRS-III).
• Los eventos adversos incluyeron alteraciones del habla y de la marcha, debilidad del lado tratado y discinesias.
La puntuación en la escala motora MDS-UPDRS-III antes del tratamiento era muy parecida en ambos grupos, en torno a 40 puntos (sin tomar medicación) la total, y en torno a 19 en el lado más afectado. A los 4 meses la puntuación media de la escala MDS-UPDRS III para el lado más afectado disminuyó de 19,9 al inicio a 9,9 en el grupo de tratamiento activo frente a un descenso de 18,7 a 17,1 en el grupo de control. Es decir, la diferencia entre ambos grupos fue de 8,1 puntos, algo claramente significativo desde el punto de vista estadístico y relevante desde el punto de vista clínico. Como dato importante, esa diferencia ya era significativa y muy similar en una visita intermedia a los 2 meses. Todos los pacientes tratados con HIFU mejoraron algo en la puntuación de la escala MDS-UPDS-III, incluyendo más de un 25% en 24 de los 27. En cambio, sólo 8 de los 13 del grupo control mejoraron algo en la escala, pero todos por debajo del 25%.
Los eventos adversos en el grupo de tratamiento activo fueron: discinesias en el estado sin medicación en 6 pacientes y en el estado con medicación en 6, que persistieron en 3 y 1 casos, respectivamente, a los 4 meses; debilidad en el lado tratado en 5 pacientes, que persistió en 2 casos a los 4 meses; alteración del habla en 15 pacientes, que persistió en 3 casos a los 4 meses; debilidad facial en 3 pacientes, que persistió en 1 caso a los 4 meses; y alteración de la marcha en 13 pacientes, que persistió en 2 casos a los 4 meses. En 6 pacientes del grupo de tratamiento activo, algunos de estos déficits estaban presentes a los 12 meses. Por otra parte, hubo síntomas transitorios en ambos grupos, tratados y no, como dolor en la zona de aplicación del haz (59% de los tratados y 62% de los controles), mareo (48% de los tratados y 15% de los controles) o dolor de cabeza (19% de los tratados y 46% de los controles), entre otros.
En conclusión, la subtalamotomía ecográfica focalizada (HIFU) en un hemisferio mejoró el grado de afectación motora en el lado más afectado del cuerpo en pacientes con enfermedad de Parkinson seleccionados con signos asimétricos. Los eventos adversos incluyeron alteraciones del habla y de la marcha, debilidad del lado tratado y discinesia. En general podríamos decir que el grado de mejoría a los 4 meses es relevante y que los eventos adversos persistentes son poco frecuentes pero los transitorios en relación con el periprocedimiento, frecuentes. Un de las incógnitas es saber cuál será la evolución de los pacientes largo plazo, 10-15 años, así como si en el futuro se podría hacer bilateral (ya se está investigando en ello). Como comentario adicional, llama la atención que son pacientes bastante jóvenes, siendo de interés el conocer la seguridad en pacientes más mayores que además por edad, no serían candidatos a cirugía.
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA
Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
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