• La alteración de la función de la microbiota intestinal (disbiosis) podría tener un papel clave en la sintomatología de la enfermedad de Parkinson.
• Probióticos, prebióticos y simbióticos pueden mejorar algunos síntomas. Otra opción sería el trasplante de microbiota fecal.
• Se publica un primer trabajo de trasplante de microbiota fecal en 11 pacientes con enfermedad de Parkinson de China.
• Evaluaron el estado de los pacientes antes y 6 y 12 semanas después del trasplante.
• Observaron mejoría no sólo en el estreñimiento sino en la afectación motora, no motora y autonomía de los pacientes para sus actividades diarias.
• Además hubo mejoría en el síndrome de sobrecrecimiento intestinal bacteriano (SIBO) y cambios marcados en la composición de la microbiota que explicaría los resultados.
• Es necesario un ensayo frente a placebo en una muestra importante de pacientes, pero los resultados son muy interesantes y prometedores.
En este contexto, tratamientos que puedan corregir o mejorar esa disbiosis podrían mejorar los síntomas de la EP o incluso ayudar a frenar su progresión, como es el caso de los probióticos, prebióticos y simbióticos. Otra opción es el trasplante fecal.
Utilizaron diferentes escalas clínicas para medir los cambios observados: estadio motor de Hoehn-Yahr (H-Y); puntuación de la Escala Unificada de la EP (UPDRS) y la Escala de Síntomas No-Motores (NMSS). Además midieron de forma dirigida el estreñimiento con la puntuación en las escalas PAC-QOL y de Wexner se utilizaron para evaluar los síntomas de estreñimiento del paciente.
Los 11 pacientes presentaban una edad media en torno a 62 años (rango variable, de 40 a 84) con unos 7 años de evolución de enfermedad (aunque rango variable, de 1 a 12). La riqueza de la comunidad (chao) y la estructura microbiana en los pacientes con EP antes del FMT fueron significativamente diferentes después del TMF. Observaron una mayor abundancia de Blautia y Prevotella en pacientes con EP después del TMF, mientras que la abundancia de Bacteroidetes disminuyó drásticamente. Después del TMF, las puntuaciones en el estadio de H-Y, UPDRS y NMSS de los pacientes con EP disminuyeron significativamente, observándose ya beneficio a las 6 semanas. De la visita basal a las 12 semanas los cambios fueron (puntuaciones medias): H-Y, de 2.27 a 1.09; UPDRS-II (actividades de la vida diaria), de 11.36 a 4.90; NMSS, de 22.36 a 10.36. Además mejoraron la spuntuaciones también significativamente en las escalas de estreñimiento: PAC-QOL, de 102.55 a 43.45; Wexner, de 11.63 a 6.22. Además, mediante la prueba de aliento con lactulosa H2, el sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO) en pacientes con EP volvió a la normalidad.
En conclusión, este estudio observa resultados muy prometedores del trasplante de microbiota fecal en pacientes con EP, con mejoría no sólo en el estreñimiento sino en otros síntomas. Sería de interés realizarlo en muchos pacientes, comparar frente a un grupo control, y además observar los cambios a largo plazo en el tiempo. Muy interesante sería conocer si el trasplante periódico podría ayudar a enlentecer la progresión de la enfermedad.
Diego Santos García
Neurología – CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña), A Coruña
Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
Visita la web de Diego Santos: https://www.dr-diego-santos-garcia-neurologia.es/