• Hay factores de riesgo no genéticos para el desarrollo de enfermedad de Parkinson que han sido identificados previamente.
• Sin embargo, los resultados de diferentes revisiones sistemáticas son contradictorios.
• Se publica una revisión de 46 revisiones sistemáticas de factores de riesgo no genéticos de enfermedad de Parkinson.
• Sólo el 15% se consideraron de alta calidad metodológica.
• La actividad física, el tabaquismo, el café, la cafeína, el té, la ingesta de grasas, el uso de ibuprofeno, el uso de bloqueadores de los canales de calcio, el uso de estatinas, las tiazolidinedionas y los niveles altos de urato sérico redujeron significativamente el riesgo de enfermedad de Parkinson según esta revisión.
• Por contra, la ingesta de lácteos, la diabetes, la terapia de reemplazo hormonal, la depresión, los trastornos del estado de ánimo, el trastorno bipolar y el uso de aspirina aumentaron significativamente el riesgo de enfermedad de Parkinson.
Algunos hábitos de estilo de vida han sido descritos como que pueden contribuir a incrementar o a reducir el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson. En este sentido, se han publicado numerosas revisiones sistemáticas y metanálisis sobre factores de riesgo no genéticos para el desarrollo de la enfermedad de Parkinson con conclusiones inconsistentes.
Se publica un trabajo en Journal of Parkinson´s Disease que revisa de forma sistemática la literatura sobre la evidencia que hay en relación con el riesgo de desarrollo de enfermedad de Parkinson en base a factores no genéticos. Para ello, lo autores realizaron búsquedas de revisión sistemática en tres bases de datos internacionales con metanálisis resumidos de evidencia sobre factores no genéticos para el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Cuarenta y seis revisiones sistemáticas cubrieron seis categorías diferentes sobre hábitos de estilo de vida y más de 80 factores no genéticos. De las 46 revisiones, 39 (84,7%) se consideraron de calidad metodológica baja. La evidencia de estudios prospectivos mostró que la actividad física, el tabaquismo, el café, la cafeína, el té, la ingesta de grasas, el uso de ibuprofeno, el uso de bloqueadores de los canales de calcio, el uso de estatinas, las tiazolidinedionas y los niveles altos de urato sérico redujeron significativamente el riesgo de enfermedad de Parkinson, mientras que la ingesta de lácteos, la diabetes, la terapia de reemplazo hormonal, la depresión, los trastornos del estado de ánimo, el trastorno bipolar y el uso de aspirina aumentaron significativamente el riesgo de enfermedad de Parkinson.
Las diferencias en los diseños de los estudios (por ejemplo, estudios de cohortes frente a estudios de casos y controles) explicarían los resultados contradictorios entre los revisiones sistemáticas incluídos.
Diego Santos García
CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña)
Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
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