Hipótesis - Identificación de biomarcadores de pacientes con ELA | Fundación Degén

IDENTIFICACIÓN DE BIOMARCADORES DE PACIENTES CON ELA

Progreso hacia la prevención y diagnóstico mediante la identificación de biomarcadores que pueden repercutir en la gestión y el tratamiento de la ELA.

HIPÓTESIS

La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) por su baja prevalencia pertenece al grupo de enfermedades raras. Nuestro proyecto se ajusta a las directrices del Plan Estratégico aprobado por el Consejo interterritorial del Sistema Nacional de Salud y a los programas de mejora de la asistencia propuestos por la Sociedad Europea de Medicina Traslacional (EUSTM) que tienen como objetivo fundamental combinar recursos, conocimientos y técnicas para promover mejoras en la prevención, diagnóstico y tratamiento. En especial, potenciar el esfuerzo colectivo en la investigación de una de estas enfermedades minoritarias fomentando las bases de una intervención integral orientada a la planificación de las necesidades asistenciales de estos enfermos y a la formación de los diferentes profesionales implicados.

La ELA es una enfermedad mortal de la cual se desconoce la etiopatogenia. Se considera que es multifactorial con múltiples mecanismos patogénicos genéticos y ambientales interrelacionados, en especial la neuroinflamación. Las variantes genéticas causales y de riesgo conocidas tan sólo explican el 15-20% de los pacientes [AI-Chalabi et al. 2013]. Además no existe ningún tratamiento curativo y los únicos fármacos aprobados (Riluzol y Edaravone) hoy en día tienen una acción discreta modificadora del curso clínico.

Se desconoce por qué algunos pacientes con ELA se deterioran mucho más rápido o sobreviven mucho menos tiempo que otros. Un reto importante para la investigación en ELA es averiguar cómo los factores endógenos modifican la enfermedad e influyen en los diferentes cursos de la enfermedad. El descubrimiento de nuevos biomarcadores asociados con diferentes tasas de progresión y la supervivencia podría ofrecer nuevos conocimientos sobre los determinantes fisiopatológicos de la progresión de la enfermedad en la ELA. Estos nuevos biomarcadores podría mejorar nuestra comprensión de cómo la enfermedad modifica su expresión por factores endógenos una vez disparado el proceso patológico. Por otra parte, los médicos necesitan biomarcadores de la progresión de la enfermedad para identificar los pacientes que son propensos a tener una progresión de la enfermedad inusualmente rápida (o lenta), y mejorar el manejo de los pacientes con ELA (por ejemplo, con un acceso más rápido a la ventilación no invasiva) con el aumento de la capacidad de predicción de la supervivencia de los pacientes con ELA. La caracterización de los posibles biomarcadores de diagnóstico para la enfermedad de ELA, podría reducir el tiempo necesario para llegar al diagnóstico de los pacientes.

La posibilidad de disponer de biomarcadores específicos para ELA ayudaría al diagnóstico precoz de la enfermedad y a la identificación de nuevas dianas terapéuticas. Estudios recientes han identificado biomarcadores individuales o paneles de biomarcadores genéticos (biomarcadores putativos para ELA). Más allá del uso de biomarcadores en el diagnóstico de la enfermedad, los biomarcadores que pueden ayudar en la predicción/monitorización de la progresión de la enfermedad y podrían ser útiles como marcadores en los ensayos clínicos para testar la eficacia de los fármacos e identificar combinaciones de fármacos que puedan proporcionar la mejor estrategia de tratamiento.

La importancia de encontrar nuevos biomarcadores en ELA en el desarrollo de tratamientos es muy importante por el hecho que en otras enfermedades hay buenos marcadores (p.e. Hb glicosilada en diabetes, lípidos en sangre para enfermedad coronaria, etc.) que permiten evaluar la eficacia de nuevos fármacos. El hecho de que en ELA no dispongamos de buenos biomarcadores puede ser una de las razones principales de las pocas opciones terapéuticas que disponemos y de los continuados fracasos en los ensayos clínicos realizados hasta la fecha.

Por todo ello, queda patente que es obligatoria la investigación de los principales mecanismos subyacentes a la patología y que es crucial obtener biomarcadores para diagnóstico y pronóstico de ELA que puedan apuntar a nuevas dianas de tratamiento [Tumer et al. 2009, Lopez-Lopez et al. 2014, Vidal-Taboada et al. 2015, 2018].