Infusiones de plasma en pacientes con enfermedad de Parkinson.

 

• Las infusiones de plasma han surgido como un tratamiento potencial para las enfermedades neurodegenerativas, habiendo reultados muy preliminaries en modelos animales o pacientes con enfermedad de Alzheimer.

• Podrían reducir la neuroinflamación, vinculada también a la neurodegeneración.

• Se publica un primer ensayo en 15 pacientes con enfermedad de Parkinson con afectación de algún dominio cognitivo.

• Recibieron 1 unidad de plasma fresco congelado (en torno a 250 mL) dos veces por semana durante 4 semanas.

• Fue bien tolerado y no hubo eventos adversos graves.

• Se observaron mejorías en la fluencia fonémica y el dominio de estigmatización de la escala de calidad de vida.

• Quedaría por ver tanto a nivel clínico como con otros parámetros cual podría ser la respuesta de los pacientes a largo plazo.

Las infusiones de plasma han surgido como un tratamiento potencial para las enfermedades neurodegenerativas. En modelos animales de la enfermedad de Alzheimer, las infusiones de plasma reducen los marcadores neuroinflamatorios, y en humanos, las infusiones de plasma rico en plaquetas tienen un efecto antiinflamatorio a través de la reducción del factor de necrosis tumoral‐α (TNF ‐ α) y otros compuestos neuroinflamatorios. También se ha observado que las infusiones de plasma fresco congelado en pacientes con enfermedad de Alzheimer fueron bien toleradas sin efectos adversos graves. Sin embargo, se desconoce la repercusión clínica a largo plazo. Se publica este mes en Movement Disorders un interesante trabajo sobre la administración de infusiones de plasma pero en pacientes con enfermedad de Parkinson.
 
El objetivo del estudio fue determinar la seguridad, la tolerabilidad y la viabilidad de las infusiones de plasma en pacientes con enfermedad de Parkinson. Un total de 15 pacientes con la enfermedad clínicamente establecida con una edad media de 63 años (variaba desde 51 hasta 74) y casi 8 años de tiempo medio de evolución (variaba de 3 a 14) y con al menos 1 queja cognitiva con una puntuación en la escala cognitiva MOCA de entre 23 y 28 puntos y a tratamiento estable, recibieron 1 unidad de plasma fresco congelado (en torno a 250 mL) dos veces por semana durante 4 semanas. Las evaluaciones se realizaron al inicio del estudio, inmediatamente después de finalizar la terapia y 4 semanas después. La evaluación incluía la escala UPDRS Parte III (afectación motora), batería neuropsicológica, cuestionario de calidad de vida (PDQ-39), marcadores inflamatorios (TNF- α e interleucina 6), ácido úrico y cinemática cuantitativa.
 
 
La tasa de adherencia fue del 100% y no hubo efectos adversos graves. Se reportaron como eventos relacionados probable trastornos en la piel y tejido celular subcutáneo (24.5%) y hematomas (1.9%) y como posibles la tos (3.8%) y la hipotensión arterial (1.9%). En la evaluación sólo se observaron mejorías en la fluencia verbal fonémica pasando de una media de 41.1 al inicio a 44.7 al final y 48.1 a las 4 semanas después de finalizar con las infusiones así como en el dominio de estigma de la escala de calidad de vida, pasando de 7.4 al inicio a 6.2 al final y 5.5 a las 4 semanas después de finalizar con las infusiones.

En conclusión el plasma fresco congelado es seguro y bien tolerado por los pacientes con enfermedad de Parkinson, no observándose efectos adversos graves y con evidencia preliminar de mejoras en la fluidez fonológica y el estigma. Los resultados de este estudio justifican más investigaciones terapéuticas con plasma fresco en la enfermedad de Parkinson aunque quedaría por ver tanto a nivel clínico como con otros parámetros cuál podría ser la respuesta de los pacientes a largo plazo.
 
Julio de 2020
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA