
• El ejercicio físico puede mejorar no sólo aspectos motores sino también no motores de la enfermedad de Parkinson.
• La cognición es uno.
• Se publica un ensayo clínico que muestra beneficio de un programa intensivo de fisioterapia de 4 semanas frente a un grupo control.
• A los 6 meses el grupo de fisioterapia tenía un rendimiento cognitivo y motor global significativamente mejor.
• Estos hallazgos sugieren que un tratamiento de ejercicio físico de 4 semanas puede ralentizar la progresión del deterioro cognitivo en sujetos con enfermedad de Parkinson y deterioro cognitivo leve.
El resultado de estos estudios sugiere que un estilo de vida adecuado y la participación en actividades estimulantes cognitivas y sociales aumentan la reserva cognitiva y, por lo tanto, pueden proteger contra la neurodegeneración o incluso ralentizar el deterioro cognitivo. Específicamente, el entrenamiento cognitivo parece representar una intervención eficaz para estabilizar/retrasar el deterioro cognitivo. Por otro lado, el ejercicio terapéutico (reconocido como una opción de tratamiento válido para aliviar los síntomas motores clásicos de la EP), podría tener un impacto beneficioso también sobre el deterioro cognitivo, especialmente en la etapa temprana de la EP, según apuntan algunos informes recientes.
Se publica un estudio en Aging Clinical and Experimental Research una extensión de seguimiento a los 6 meses de un estudio controlado y aleatorizado dónde se evaluó la eficacia de un programa intensivo de fisioterapia de 4 semanas sobre las funciones cognitivas y motoras en pacientes con EP en estadio medio (H&Y ≤ III) con deterioro cognitivo leve (EP-MCI). Inicialmente 40 pacientes fueron distribuidos al azar en dos grupos: grupo experimental (GE) fisioterapia y grupo control (GC) ninguna intervención específica + tratamiento farmacológico.

Las evaluaciones cognitivas y motoras se realizaron al inicio (T0), 4 semanas después del inicio (T1) y 6 meses después de T0 (T2). En un estudio anterior, se había informado de una mejora significativa en el funcionamiento cognitivo global y la atención / memoria de trabajo en T1. Aquí, se evaluó el efecto residual de la intervención de entrenamiento a los 6 meses sobre el rendimiento cognitivo y motor (T2) en 34 pacientes.
Para evaluar el perfil cognitivo, se utilizaron: Mini Examen del Estado Mental (MMSE); Evaluación cognitiva de Montreal (MoCA); prueba espacial de tapping de Corsi (CB); Matrices de Raven 1947 (RM47); Batería de evaluación frontal (FAB); fluidez fonológica (FAS); Matrices atentas, Prueba de trazado de pistas A y B (TMT-A; TMT-B). Las prestaciones motoras se evaluaron mediante la escala de valoración de la EP (MDS-UPDRS-III), el equilibrio y la marcha (Tinetti test) y el índice de Hauser.
Los resultados cognitivos y motores fueron medidos por investigadores cegados a la asignación del tratamiento. En este seguimiento, el análisis de los grupos mostró mejoras significativas en el grupo de fisioterapia en las funciones cognitivas globales MoCA y en los aspectos motores UPDRS-III y el índice de Hauser.
En el grupo de fisioterapia, las puntuaciones de MoCA, MMSE y FAS empeoraron significativamente en T2 en comparación con T1, pero no se observaron cambios significativos al comparar las puntuaciones de T2 con la línea de base (T0), con la excepción de FAS que empeoró significativamente. En el grupo de control, las puntuaciones de MoCA, FAS y RM47 empeoraron significativamente en comparación con T1 o T0. En cuanto al rendimiento motor, ambos grupos mostraron un deterioro significativo en las puntuaciones de UPDRS-III y Tinetti en T2 en comparación con T1. Al comparar las puntuaciones T2 frente a T0, en el grupo de fisioterapia, detectaron una mejora significativa en UPDRS-III y el índice de Hauser, en contraposición a un empeoramiento significativo en el grupo de control de las puntuaciones UPDRS-III y Tinetti.
Comparando T1 y T2, la tendencia de los grupos GC y GE fue similar, ya que ambos empeoraron significativamente en algunas tareas cognitivas y motoras y no se mantuvo ninguna mejoría post tratamiento a lo largo del tiempo. Sin embargo, al comparar T2 vs T0, los rendimientos se mantuvieron estables en varias habilidades cognitivas y motoras de los sujetos con fisioterapia, mientras que se observó un empeoramiento evidente más allá de la línea base en el grupo control.
Los autores observaron que a los 6 meses el grupo de fisioterapia tenía un rendimiento cognitivo y motor global significativamente mejor. Este patrón se confirmó aún más mediante el análisis del cambio porcentual de las variables cognitivas y motoras (MoCA, UPDRS-III e índice de Hauser). En conjunto, los autores concluyeron que estos hallazgos sugieren que un tratamiento de ejercicio físico de 4 semanas puede ralentizar la progresión del deterioro cognitivo en sujetos con EP-MCI.
Pablo Campo-Prieto
Fisioterapeuta e Investigador en la Universidad de Vigo.

Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
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