Los trastornos de sueño son frecuentes en la enfermedad de Parkinson, muy variados y disruptivos. Problemas como insomnio, sueño fragmentado, nicturia, rigidez y dolor durante el sueño, síntomas de piernas inquietas o trastorno del sueño REM son frecuentes y repercuten negativamente en la calidad de vida de los pacientes.
El ejercicio físico mejora los síntomas motores y la percepción de calidad subjetiva del sueño en pacientes con Parkinson, pero no hay estudios publicados que evalúen el impacto del ejercicio sobre parámetros objetivos del sueño. Se publica en
Movement Disorders el primer ensayo clínico que evalúa este efecto en pacientes con Parkinson.
El objetivo del estudio fue determinar si la rehabilitación con ejercicios de alta intensidad que combina el entrenamiento de resistencia y el entrenamiento de intervalos de peso corporal, en comparación con un control de higiene del sueño, mejoraba parámetros objetivos del sueño en una población de pacientes con enfermedad de Parkinson. Se incluyeron pacientes en estadio 2 ó 3 de Hoehn&Yahr que fueron aleatorizados a realizar ejercicio (supervisados 3 veces por semana durante 16 semanas) o una higiene del sueño sin ejercicio control (discusión en persona y llamadas telefónicas mensuales). Los participantes se sometieron a polisomnografía para objetivar parámetros del sueño al inicio y después de la intervención. El cambio en la eficiencia del sueño medido con la polisomnografía fue el resultado primario, medido desde el inicio hasta la posintervención.