• La visión doble (diplopía) es un síntoma que puede aparecer en el contexto de muchas enfermedades incluyendo la enfermedad de Parkinson.
• Un estudio con datos de más de 25.000 pacientes observa que la diplopía puede afectar hasta a 1 de cada 5.
• Su presencia se asocia a una mayor gravedad motora y no motora de la enfermedad así como a una edad más avanzada.
• En la práctica, tanto el médico como el paciente deben saber que es un síntoma frecuente en la enfermedad.
La diplopía (visión doble) es un síntomas que puede deberse a múltiples causas, ya sean oftalmológicas, o neurológicas, muy diversas, como la miastenia gravis, miopatía, una lesión cerebral, ictus, etc. Algunos pacientes con enfermedad de Parkinson también describen presentar en ocasiones visión doble, pero se desconocen cómo es de frecuente este problema y que variables o características de la enfermedad se asocian a los mismos.
Se publica un estudio en
Movement Disorder Clinical Practice en el que se utilizaron datos de
26.790 pacientes con enfermedad de Parkinson y 9.257 controles del Estudio Fox Insight.
Compararon la prevalencia de diplopía entre ambos grupos. La presencia de diplopía fue definida según la respuesta a este síntoma recogida en la escala de síntomas no motores Non‐Movement Symptom Questionnaire. Se recogieron datos de una primera visita del estudio y también de visitas sucesivas a lo largo del seguimiento de pacientes.
La prevalencia puntual de diplopía fue mayor en el grupo de pacientes con enfermedad de Parkinson, afectando al 18.1%, que en los controles, 6.3%, en una primera visita. Hasta el 28.2% de todos los pacientes con enfermedad de Parkinson notificaron diplopía al menos una vez durante el estudio.
Además identificaron que los pacientes con enfermedad de Parkinson con diplopía eran más mayores, más frecuentemente de raza no blanca, tenían una mayor duración de la enfermedad y además más afectación a nivel motor, no motor y con menor autonomía para las actividades de la vida diaria.
En conclusión, la diplopía es común pudiendo llegar a afectar a uno de cada 5 pacientes con enfermedad de Parkinson. Su presencia se asocia a una mayor gravedad motora y no motora de la enfermedad así como a una edad más avanzada. En la práctica, esto debe ser tenido en cuenta tanto por el paciente como por el médico.