
• Datos del estudio COPPADIS demuestran que las fluctuaciones clínicas son precoces, afectando a 1 de cada 5 pacientes durante los primeros 3 años del inicio de los síntomas.
• Su identificación es importante porque los pacientes que las presentan se encuentran peor.
• En concreto, sufren más síntomas no motores, son menos autónomos y presentan una peor calidad de vida.
• Este estudio publicado en Eur J Neurol es el primer estudio que observa este hallazgo y además en una población de sujetos muy importante.
Se publica este mes en European Journal of Neurology los resultados del estudio COPPADIS sobre fluctuaciones clínicas. Este análisis demuestra dos cosas muy importantes: 1) las fluctuaciones son muy precoces; 2) los pacientes con fluctuaciones precoces, claramente se encuentran peor.

En conclusión, las complicaciones motoras son frecuentes y se asocian a una mayor carga de síntomas no motores y a una peor calidad de vida y menor autonomía para la realización de las actividades de la vida diaria en pacientes con enfermedad de Parkinson incluso durante los primeros 5 años de duración de la enfermedad. Es clave como médico, incluso durante el 1º o 2º año tras el diagnóstico y empezar con tratamiento, el preguntar por ellas. Como paciente, es importante contar al neurólogo estos cambios o síntomas experimentados a lo largo del día. Herramientas de identificación precoz sencillas son necesarias.
Dicho de otra forma, el paciente que acude a la consulta con un recién diagnóstico puede ser como un iceberg, es decir, podemos ver que aparentemente está bien, pero si preguntamos y detectamos estos pequeños cambios clínicos podremos observar muchos síntomas que no se aprecian a simple vista. Hay mucho más que hay que explorar, detectar, y tratar.

Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
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