El potencial del zumo de arándano en la enfermedad de Parkinson | Fundación Degén
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El potencial del zumo de arándano en la enfermedad de Parkinson

  • La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la muerte progresiva de las células nerviosas cerebrales (neuronas) que liberan dopamina.
  • La falta de dopamina provoca que el control del movimiento se vea alterado, dando como resultado los síntomas motores característicos de la Enfermedad de Parkinson, como el temblor de reposo o la rigidez.
  • La evidencia indica que estas células se ven comprometidas por la acumulación de una proteína llamada alfa-sinucleína, lo que provoca (entre otros efectos) un aumento del estrés oxidativo.
  • Los arándanos contienen altas cantidades de polifenoles, que son sustancias químicas derivadas de las plantas con potentes propiedades antioxidantes.
  • Diferentes investigaciones sugieren la existencia de una asociación entre la ingesta regular de alimentos ricos en antioxidantes y un deterioro cognitivo más lento. Sin embargo, el potencial neuroprotector del arándano se limita a unos pocos estudios.
  • Anteriormente, científicos de la Universidad de Ciencias Médicas de Poznań (Polonia) demostraron que el tratamiento con zumo de arándanos controlaba el estrés oxidativo en varios órganos, especialmente en el cerebro de ratas expuestas a rotenona, una sustancia química que desencadena síntomas similares a los de la Enfermedad de Parkinson en animales.
  • Un nuevo estudio, evalúa ahora la capacidad del zumo de arándanos de modular la muerte celular (apoptosis), y por lo tanto de proporcionar neuroprotección en un modelo de parkinsonismo inducido, también en ratas.
  • El zumo de arándanos concentrado alivió los signos asociados con la Enfermedad de Parkinson en un modelo de rata inducido químicamente, si bien su uso en dosis altas a largo plazo podría también afectar a la supervivencia de las neuronas.
  • Se necesita más investigación para determinar la dosis óptima de concentrado de zumo de arándano con propiedades neuroprotectoras.

La prevalencia de la Enfermedad de Parkinson ha aumentado rápidamente en todo el mundo, aunque por el momento no disponemos de un tratamiento curativo capaz de preservar las neuronas vulnerables y frenar o revertir la progresión de la enfermedad. Por lo tanto, su manejo requiere un enfoque multidisciplinar en el que se incluye, además del tratamiento farmacológico, a un número creciente de intervenciones no farmacológicas. En este contexto, está ganando especial atención la posible utilidad de compuestos naturales con alta actividad biológica y un potencial relativamente bajo de efectos secundarios, como los polifenoles. 

Diferentes estudios sugieren un papel beneficioso de los polifenoles dietéticos (sustancias químicas derivadas de las plantas) en la Enfermedad de Parkinson, principalmente atribuido a sus actividades antioxidantes, antiinflamatorias y antiapoptóticas. 

Se publica en la revista Nutrients un estudio que trata de evaluar los posibles efectos neuroprotectores del tratamiento con zumo de arándanos en un modelo de ratas con enfermedad de Parkinson, provocada  químicamente. 

A las ratas se les administró agua (un grupo de control), zumo de arándano rojo concentrado, rotenona o arándano rojo con rotenona. El experimento duró 45 días. 

Un examen del tejido cerebral reveló que en las ratas expuestas a la rotenona los niveles de alfa-sinucleína aumentaron en un 51 %. Sin embargo, la administración de arándano concentrado a estas mismas ratas (expuestas a la rotenona) redujo la acumulación de alfa-sinucleína en un 18 % y restauró los niveles a los de las ratas control. Además, la exposición a la rotenona provocó un aumento en la producción de proteínas relacionadas con la muerte celular (apoptosis). Por el contrario, las ratas que recibieron jugo de arándano rojo concentrado mostraron una disminución de estas proteínas, sugiriendo un posible efecto neuroprotector. 

El examen microscópico reveló una pérdida celular del 57 % en un área del cerebro afecta por la enfermedad de Parkinson, en las ratas que recibieron rotenona. Sin embargo, la administración de zumo de arándano mejoró la supervivencia celular en un 41 %. Se observó también que la administración de zumo de arándano a largo plazo en una dosis relativamente alta podría tener un efecto nocivo sobre la supervivencia de las células del cerebro medio.

Las ratas se sometieron a una prueba de inestabilidad postural al final del tratamiento. Se observó que aquellas expuestas a la rotenona mostraron un aumento significativo del 13 % en la inestabilidad postural, en relación con las ratas de control. Por el contrario, también la inestabilidad postural se redujo (en un 11%) en ratas expuestas a la rotenona y tratadas posteriormente con zumo de arándano

En conclusión, estos hallazgos sugieren que las preparaciones de zumo de arándanos concentrado tienen un papel neuroprotector en la enfermedad de Parkinson. Por tanto, su administración podría ser útil en el manejo dietético de estos pacientes. Sin embargo, teniendo en cuenta el efecto potencialmente desfavorable de la administración prolongada de zumo de arándano en dosis relativamente altas, son precisos más estudios antes de poder establecer recomendaciones trasladables a la práctica clínica.

 

 

 

Alma Prieto Tenreiro

Servicio de Endocrinología, CHUF (Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol), Ferrol