Trasplante de células madre de médula ósea por vía intravenosa en pacientes con enfermedad de Parkinson.

 

• Se publican los resultados de un ensayo clínico fase 1 realizado en Estados Unidos con administración intravenosa de células madre mesenquimales alogénicas derivadas de la médula ósea de donantes compatibles vivos.

• Se tratan 20 pacientes y no hay grupo control comparativo.

• Es una sola dosis (se asignaron a 4 dosis diferentes, 1, 3, 6 ó 10 x 10.000.000 por kg de peso) con un seguimiento a 1 año.

• En general el tratamiento parece seguro y bien tolerado aunque hubo un evento adverso grave posiblemente relacionado con la terapia (un paciente con una historia de 4 años de linfocitosis que desarrolló leucemia linfocítica crónica asintomática).

• A los 12 meses hubo reducción en marcadores de inflamación e incremento de los valores del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).

• A los 6 meses hubo incremento de la perfusión cerebral en los ganglios basales, sobre todo en el núcleo subtalámico.

• Esto se acompañó de una reducción significativa y marcada en la puntuación total de las escalas utilizadas, siendo de 20 puntos en la UPDRS total en aquellos que recibieron dosis más altas.

• Es necesario un ensayo clínico con muchos pacientes y un grupo control.

• Es de gran interés sobre todo por la vía de administración, fácil y no invasiva.

La neuroinflamación juega un papel clave en la patogénesis de la enfermedad de Parkinson. En este contexto, las células madre mesenquimales alogénicas derivadas de la médula ósea se pueden utilizar como terapia inmunomoduladora. Es decir, células madre proporcionadas por un donante de médula osea administradas a un paciente con enfermedad de Parkinson para que se puedan diferenciar a células dopaminérgicas.

Las células madre mesenquimales se han estudiado en múltiples modelos animales con enfermedad de Parkinson, y el beneficio potencial se basa principalmente en las acciones paracrinas, la actividad exosómica y la modulación de las células inmunitarias del huésped. Los datos preclínicos sobre la terapia con células madre mesenquimales han indicado un efecto positivo medido por la disminución de la pérdida de neuronas de dopamina, la producción de citocinas inflamatorias, la activación microglial y la oligomerización de α-sinucleína junto con un aumento de la regeneración neuronal de dopamina.

Se publican en Movement Disorders los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores americanos de Texas, cuyo objetivo fue estudiar la seguridad y tolerabilidad de las células madre mesenquimales alogénicas derivadas de la médula ósea administradas por vía intravenosa en pacientes con enfermedad de Parkinson.
 
Este fue un ensayo clínico fase 1 de asignación de diferente dosis, abierto (todos los pacientes recibieron el tratamiento y no había ningún otro grupo tratado con placebo), de 12 meses de duración, monocéntrico (McGovern Medical School, University of Texas Health Science Center at Houston, Houston, Texas, USA), realizado en 20 pacientes con enfermedad de Parkinson en estadio leve a moderado. Fueron asignados a una infusión intravenosa única de 1 de estas 4 dosis: 1, 3, 6 o 10 × 10.000.000 células madre mesenquimales alogénicas derivadas de médula ósea por kg de pesoLas células fueron obtenidas de donantes sanos compatibles. Los pacientes fueron seguidos con visitas a las 3, 12, 24 y 52 semanas (1 año de seguimiento). El objetivo principal fue evaluar la seguridad y se incluyeron como variables principales reacción a la transfusión, eventos adversos relacionados con el estudio y respuestas inmunogénicas. Los resultados secundarios incluyeron el impacto sobre los marcadores periféricos, la progresión de la enfermedad de Parkinson y los cambios en la perfusión cerebral.
 
Se asignaron 5 pacientes a cada dosis. La edad media fue de en torno a 65 años y el tiempo de evolución de enfermedad de en torno a 5 años. No presentaban deterioro cognitivo y el estadio de Hoehn & Yahr era en torno a 2. Los eventos adversos más comunes que surgieron del tratamiento fueron discinesias (20%; en 4 pacientes), apareciendo en un paciente cuando antes no las presentaba y una exacerbación de las mismas en 3 pacientes que ya padecían de ellas, e hipertensión arterial (20%; en 4 pacientes), con 3 episodios transitorios y 1 que requirió intervención médica. Un evento adverso grave posiblemente relacionado ocurrió en un paciente con una historia de 4 años de linfocitosis que desarrolló leucemia linfocítica crónica asintomática. No hubo otras reacciones adversas graves relacionadas con la infusión ni respuestas a los antígenos leucocitarios humanos específicos del donante.

Con respecto a los marcadores de inflamación periférica, se redujeron a las 52 semanas en la dosis más alta administrada, incluyendo el factor de necrosis tumoral α y el ligando 22 de quimiocinas, mientras que el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) aumentó, lo cual podría indicar capacidad de reducir la neuroinflamación y producir neuroprotección. Además, los estudios de perfusión observaron un incremento de la perfusión global en los ganglios basales a las 24 semanas, siendo el incremento más significativo en el núcleo subtalámico. Todo esto se acompañó de una reducción en las puntuaciones de las escalas, ya observada a las 3 semanas y que en general se mantenía después de 12 meses. En concreto, la dosis demostró el efecto más significativo a las 52 semanas, reduciendo las puntuaciones de la parte motora de la escala UPDRS en estado OFF en 14.4 puntos y la puntuación total (cognición; actividades de la vida diaria; parte motora; complicaciones motoras y del tratamiento) en 20. 8 puntos.

En conclusión, estudio muy preliminar pero muy interesante porque observa que una sola infusión intravenosa de células madre mesenquimales alogénicas derivadas de la médula ósea de un donante compatible es segura, bien tolerada, y que podría reducir la inflamación y facilitar neuroprotección con incremento de la perfusión cerebral a nivel de los ganglios basales así como mejorar de forma significativa el estado del paciente hasta 1 año después de su administración. Queda por ver su efecto más a largo plazo y desarrollar un ensayo con muchos pacientes y un grupo placebo comparativo. Sin duda, uno de los puntos de mayor importancia sería la vía de administración, no invasiva.
 

Marzo de 2021
DR. DIEGO SANTOS GARCÍA
COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA (CHUAC), A CORUÑA