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• El trastorno de control de impulsos es un síntoma no motor frecuente en los pacientes con enfermedad de Parkinson y que puede llegar a ser muy grave y disruptivo para el paciente y su familia.
• Se publican resultados del estudio COPPADIS en 613 pacientes y 179 controles.
• El trastorno de control de impulsos estaba presente en el 12.7% de los pacientes frente al 1.6% de los controles.
• Las conductas compulsivas fueron detectadas en el 7.2% de los pacientes frente al 1.7% de los controles.
• Presentar trastorno de control de impulsos se asoció a una mayor presencia de otros muchos síntomas no motores y a una peor calidad de vida.
El trastorno de control de impulsos es un síntoma no motor frecuente en los pacientes con enfermedad de Parkinson y que puede llegar a ser muy grave y disruptivo para el paciente y su familia. Por un parte, se distinguen el trastorno de control de impulsos propiamente dicho, que son el juego patológico, las compras compulsivas, la hipersexualidad y la alimentación compulsiva, y por otro lado las conductas compulsivas, que son comportamientos relacionados con la realización de tareas complejas estereotipadas y repetitivas sin objetivo, conocidas como punding, hobbismo, deambulación excesiva y sin objetivo (“walkabout”) y síndrome de disregulación dopaminérgica (que puede generar adicción a la medicación). Se publican en Scientifi Reports los resultados de la visita basal de la cohorte COPPADIS.
El objetivo del análisis fue comparar la frecuencia de los trastornos del control de impulsos (TCI) y las conductas compulsivas (CC) en pacientes con enfermedad de Parkinson con respecto a un grupo control, así como identificar las características motoras y no motoras de la enfermedad asociadas a esta complicación. Se utilizó para identificar la presencia y/o severidad de TCI y CC el cuestionario validado para los trastornos impulsivo-compulsivos de la enfermedad de Parkinson (QUIP-RS). En concreto, los puntos de corte publicados previamente para definir cada trastorno fueron aplicados.
El objetivo del análisis fue comparar la frecuencia de los trastornos del control de impulsos (TCI) y las conductas compulsivas (CC) en pacientes con enfermedad de Parkinson con respecto a un grupo control, así como identificar las características motoras y no motoras de la enfermedad asociadas a esta complicación. Se utilizó para identificar la presencia y/o severidad de TCI y CC el cuestionario validado para los trastornos impulsivo-compulsivos de la enfermedad de Parkinson (QUIP-RS). En concreto, los puntos de corte publicados previamente para definir cada trastorno fueron aplicados.

La calidad de vida también fue peor en muchos dominios como movilidad, actividades de la vida diaria, bienestar emocional, cognición, comunicación y discomfort. El tratamiento con agonistas de la dopamina aumentó el riesgo de TCI y/o CC, siendo dependiente de la dosis.
En conclusión, los trastornos de control de impulsos y conductas compulsivas son frecuentes en los pacientes con enfermedad de Parkinson (afectan a más de 1 de cada 10 pacientes) y se asocian a una mayor presencia de otros síntomas no motores y una peor calidad de vida. Su identificación es clave y es necesario siempre descartar su presencia en pacientes de debut a una edad joven, con conductas previas, personalidad premórbida y toma de agonistas dopaminérgicos. El presente estudio tiene valor dado que es una población de pacientes amplia, hay grupo control, y se estudia muy en detalle.
Octubre de 2020
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA
DIEGO SANTOS GARCÍA
NEUROLOGÍA, CHUAC (COMPLEJO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE A CORUÑA), A CORUÑA