Uso de apomorfina en práctica clínica diaria en pacientes con Parkinson. ¿Cual es el mejor candidato? | Fundación Degén
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Uso de apomorfina en práctica clínica diaria en pacientes con Parkinson. ¿Cual es el mejor candidato?

 

• Publican datos de práctica clínica de pacientes tratados con apomorfina en infusión continua subcutánea en 24 horas.

• A los 2 años, 1 de cada 3 pacientes abandonó la terapia.

• De los que la mantuvieron, casi la mitad presentaba algún grado de mejoría calidad de vida percibida después de 2 años y más de la mitad algún grado de mejoría en complicaciones como fluctuaciones, discinesias, sialorrea y alteraciones de la marcha.

• Los efectos secundarios fueron frecuentes, apareciendo nódulos subcutáneos en más de la mitad de los pacientes.

• Presentar una peor calidad de vida y fluctuaciones motoras marcadas fueron predictores de una mayor respuesta con mejoría de la calidad de vida a los 2 años.

En pacientes con complicaciones motoras que desarrollan a lo largo del día episodios OFF y ON, una opción son las terapias de segunda línea. Una de ellas es apomorfina, un agonista dopaminérgico que se administra por vía subcutánea, en pen, o en infusión continua. La infusión ha demostrado reducir el tiempo diario en estado OFF además de mejorar diversos síntomas no motores y calidad de vida y autonomía de los pacientes.

Se publica un trabajo en NPJ Parkinson Dis un trabajo sobre la experiencia con apomorfina en infusión en práctica clínica diaria durante 2 años en el Hospital de la Salpetriere en Paris. Querían analizar principalmente los cambios en la calidad de vida con la escala PDQ-39 e identificar factores que permitan predecir que pacientes van a mejorar la misma y también cuales van a abandonar la terapia, con intención de definir el mejor perfil de candidato. Realizaron una visita basal, antes del tratamiento, y a los 3, 6, 12 y 24 meses.
 
De un total de 116 pacientes, 4 pacientes fallecieron y 2 perdieron el seguimiento. De los 110 pacientes restantes, 39 abandonaron la terapia (35%), y de los 71 que mantuvieron el tratamiento, la escala PDQ-39 para poder evaluar el seguimiento en los cambios de calidad de vida se administró a 57, presentando 27 no cambios o mejoría y 30 empeoramiento. La edad media era de en torno a 62 años y el tiempo de duración de enfermedad de en torno a 11 años.
En los 57 pacientes en los que midieron la calidad de vida, aportaban datos en situación pre-tratamiento (antes de empezar) y como se comentó, a los 3, 6, 12 y 24 meses. La puntuación total de la escala de calidad de vida era de 42.3 puntos al inicio. Hubo reducción a los 3 meses a 40.8 y a los 12 meses a 40.3, pero a los 2 años un incremento hasta los 44.3 puntos, que no fue significativo (desde el punto de vista estadístico). El mayor empeoramiento fue en soporte social, cognición y comunicación. En cuestionarios utilizados para medir la percepción del cambio en fluctuaciones motoras, discinesias, sialorrea y alteraciones de la marcha, más del 50% de los pacientes presentaban algún grado de mejoría después de 2 años de tratamiento. En esos 2 años se observó un discreto empeoramiento cognitivo, pasando la puntuación en el MMSE (test cognitivo) de 27.4 a 26.5 puntos.
En relación con la medicación, después de 2 años se redujo la dosis de medicación oral de 1.298 de media a 754 mg al día equivalentes de levodopa, aunque contando la dosis equivalente de apomorfina, realmente hubo incremento hasta los 1725.4 mg.

En cuando a los efectos secundarios, los más frecuentes fueron los nódulos subcutáneos, afectando a más del 50% en todas las visitas. A los 2 años, el 57.4%. Después de 2 años, otros efectos secundarios fercuentes fueron alucinaciones (37.5%), hipotensión ortostática (31.3%) y somnolencia (26.5%).

El único predictor de mejoría en la calidad de vida a los 2 años fue la calidad de vida basal, de tal forma que a peor calidad de vida basal más probabilidad de presentar mejoría después de 2 añosCon respecto a los factores predictores de abandono de la terapia a los 2 años, identificaron como tal la presencia de discinesias, disfunción cognitiva, corta duración de enfermedad, el ser varón, y presentar episodios OFF muy severos. Los mejores candidatos por lo tanto para apomorfina observaron que son aquellos afectados con marcadas fluctuaciones motoras y una mala calidad de vida.

En conclusión, este estudio es interesante porque de una forma muy transparente nos cuenta cual es la evolución a medio plazo, 2 años, de los pacientes tratados con infusión de apomorfina. Uno de cada 3 pacientes abandona la terapia y de los que la mantienen, casi la mitad mejoran o no presentan cambios en la misma. Los nódulos subcutáneos aparecen en más de la mitad de los pacientes. Los pacientes con fluctuaciones motoras marcadas y mala calidad de vida son los candidatos que más van a mejorar su calidad de vida.
 
Junio de 2021
Diego Santos García
CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña)