• Un ensayo clínico reciente demostró que lovastatina a dosis de 80 mg podría enlentecer la progresión de la enfermedad en los pacientes con Parkinson.
• Se publica otro estudio retrospectivo con seguimiento a 4 años en el que comparan la progresión de los tratados con estatinas frente a los que no.
• De 104 pacientes, 42 habían recibido estatinas y 62 no.
• Los tratados con estatina presentaron después de 4 años un menor empeoramiento motor.
• También se observó, por síntomas, que los tratados con estatinas empeoraron menos en cuanto a rigidez, después de 4 años.
• Este estudio sugiere el posible papel protector de las estatinas en la enfermedad de Parkinson.
Para ello realizaron un estudio de cohorte observacional retrospectivo de 4 años de seguimiento para evaluar pacientes con enfermedad de Parkinson. Los pacientes fueron reclutados consecutivamente en un único centro terciario de Italia entre enero de 2015 y enero de 2017. La información sobre la función motora se obtuvo utilizando la escala MDS-Unified Parkinson Disease Rating Scale (UPDRS) – parte III. Información acerca de hábitos de estilo de vida, factores de riesgo cardiovascular y niveles de colesterol en sangre fueron recogidos. Del total de pacientes, estos fueron divididos en dos grupos: aquellos que en los 4 años previos habían recibido estatinas y aquellos que no. De un total de 181 participantes incluidos en el estudio, 104 pacientes fueron considerados válidos para el estudio, de los cuales 42 pacientes habían sido expuestos a terapias con estatinas y 62 no.
Además, por apartados dentro de la escala motora, el tratamiento con estatinas resultó en una progresión más lenta de la puntuación de rigidez de UPDRS durante 4 años. No se observaron otras diferencias significativas entre los pacientes en Parkinson con y sin estatinas.
En conclusión, este estudio retrospectivo unicéntrico observa que los pacientes con enfermedad de Parkinson temprana con uso prolongado de estatinas mostraron un menor deterioro motor después de 4 años de duración de la enfermedad en comparación con los pacientes que no tomaban estatinas en el momento del diagnóstico, lo que sugiere una posible influencia de las estatinas en la progresión de la enfermedad de Parkinson. Se necesitan más investigaciones para comprender los posibles efectos beneficiosos del tratamiento con estatinas sobre los síntomas clínicos de la enfermedad de Parkinson. Sin indicación, es cierto que están disponibles y son muy utilizadas en la práctica clínica. Un estudio con metodología similar a esta pero en una gran cohorte poblacional de pacientes podría ser de gran interés.
Diego Santos García
CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña)
Coordinador del Comité Científico de la Fundación Degén, neurólogo en el Servicio de Neurología del CHUAC (Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña) y del Hospital San Rafael, A Coruña.
Visita la web de Diego Santos: https://www.dr-diego-santos-garcia-neurologia.es/